UC - Críticas
| País: Reino Unido. Año: 2012. Duración: 158 min. Género: Musical.
Dirección: Tom Hooper. |
Interpretación: Hugh Jackman (Jean Valjean), Russell Crowe (inspector Javert), Anne Hathaway (Fantine), Amanda Seyfried (Cosette), Helena Bonham Carter (Madame Thénardier), Eddie Redmayne (Marius), Aaron Tveit (Enjolras), Sacha Baron Cohen (Thénardier), Samantha Barks (Éponine), Daniel Huttlestone (Gavroche). |
LA REVOLUCIÓN DE LOS MUERTOS
"Los Miserables" es la esperada adaptación del famoso musical basado en la conocida obra de Víctor Hugo, uno de esos films mastodónticos (sólo hay que fijarse en que dura nada menos que 158 minutos) que tanto gustan en Hollywood y que suelen estrenarse alrededor de la época navideña para su entrada por la puerta grande de los Oscars y otros premios. La película, sin embargo, ha despertado controversias y si en un principio parecía destinada a la aclamación popular, ha ido creciendo una corriente contraria que resalta sus defectos. Después de verla y reposarla, me situaría en un lugar intermedio.
SINOPSIS: El filme transcurre en la Francia del siglo XIX. Jackman encarna a Jean Valjean, un individuo que es enviado a prisión tras robar un trozo de pan con el que pretendía alimentar a sus sobrinos y a su hermana viuda. Russell Crowe da vida a Javert, el hombre que le hará la vida imposible, mientras que Anne Hathaway se pone en la piel de Fantine, una mujer que sufre no pocos infortunios a lo largo de su vida.
Y es que aunque no he caído absolutamente cautivado por las bondades del film, tengo que reconocer que tanto la historia como la partitura musical (verdadero guión de la película) ofrecen un material de partida tan suficientemente potente que resulta difícil no encontrar atractiva la propuesta. Es cierto, que no se trata de un musical al uso (de los que reconozco que tampoco soy excesivo fan), quien espere encontrar números musicales repletos de bailarines y coreografías espectaculares se ha equivocado de película. El director Tom Hooper, apuesta por una relectura mucho más intimista y es ahí donde logra sus mejores resultados, en los fragmentos donde sus protagonistas se muestran desnudos de artificios, desenvueltos de banalidades escénicas, donde la cámara se centra exclusivamente en escudriñar sus emociones hasta lo más profundo con algunos épicos primerísimos primeros planos.
En ese sentido, los primeros 40 minutos de la película resultan impecables y ejemplares, con la brutal complicidad de unos generosos y prodigiosos Hugh Jackman y Anne Hathaway, que son capaces de ponernos la piel de gallina con sus dramáticas interpretaciones, pero a partir de ahí, la película sin decaer por completo, sí que se transforma en un ejercicio de estilo más irregular con ciertos resbalones cuando profundiza en lo grotesco y gótico, en lo romántico y cursi, o en lo mítico y épico, con una sucesión de intérpretes correctos pero que nunca logran hacernos olvidar los matices iniciales aportados por la pareja Jackman-Hathaway (tan sólo Samantha Barks logra volver a emocionarnos), convirtiendo en excesivo el metraje de un buen espectáculo.
